Anna Belluncci
¡El erotismo del vino!
Es época de tomar un buen vino en buena compañía !
Desde sus orígenes, el jugo fermentado de la uva ha tenido una estrecha relación con el amor y el sexo. Para algunos y algunas, el vino es un afrodisíaco perfecto. Para otros y otras es un agente erótico, que evoca, desde la forma de la botella hasta lo más profundo de su esencia, todas las formas del amor sublime y del amor carnal.
En cuanto a sus virtudes afrodisíacas, habría que mirar qué tanto es el vino un instigador psicofisiológico (que agudiza nuestra agudeza táctil, visual y organoléptica) y qué tanto es un brebaje que, al ingerirse, enciende la libido en nuestro interior. En otras palabras, nos hace bajar la guardia y nos predispone a juegos que normalmente evitaríamos.
Afrodisíacos, eróticos y alimenticios, los vinos nos hacen sentir la vida de otra forma y, como dice Copello, nos acercan a los demás sin la presencia de obstáculos ni barreras. En otras palabras, nos permiten viajar hacia el amor un verdadero.